Puede parecer complicado empezar a leer el tarot, hoy te voy a contar la historia de cómo llegué a el.
Un día vi un libro de tarot como «artículo de venta» en Facebook, pregunté por el, nunca me contestaron y decidí buscar el libro por mi cuenta.
Lo encontré y leí.
No entendí NADA.
De verdad, cada palabra me parecía como un idioma extraño. No estaba equivocada. El tarot y todo alrededor, es un lenguaje nuevo.
Nunca me habían leído las cartas antes. Debatía entre la curiosidad y el miedo pero ganaba más la pereza.
Le conté a mi terapeuta sobre mis nuevas inquietudes acerca del tarot.
De ella he aprendido mucho sobre manejo de energía y aunque me encanta, sentí la necesidad de más y ahora la urgencia por saber me comía.
Gracias a ella conocí a unas personas que me dieron una baraja, me enseñaron como interpretar cada carta, algunas tiradas, rituales y me hicieron mi primera lectura.
Pero yo soy muy rebelde… Me gusta experimentar, buscar información en otros lugares y también inventarme mis propias reglas.
Quería leer el tarot y no me iba a detener nada.
Entre las muchas recomendaciones que me dieron para leer el tarot sin riesgos, estaba la de no leer el tarot después de las 8 de la noche y no vestir de negro cuando hiciera una lectura.
Velas. Incienso. Más y más rituales.
No me considero una persona de muchas reglas, en sí, soy muy sencilla y trato de no complicarme la existencia.
Leo cuando siendo la necesidad de leer, no importa si son las 4 o las 10 y uso la ropa que traiga en ese momento, porque no hay una mejor hora para leer el tarot.
A veces prendo la velita de mi infusor y coloco alguna esencia de romero, mandarina o eucalipto.
El olor no importa, lo que realmente me interesa es estar concentrada y conectarme con las cartas.
No hago rezos, ni oraciones pero sí le hablo a mis cartas.
Les pregunto mis inquietudes y así es como he logrado tener una mejor disposición para entender sus mensajes.
Aprendí que lo más importante para desarrollar la intuición es abrir la mente, ver más allá de lo obvio y sobre todo confiar en mi misma.
Solo así pude descubrir las posibilidades que se develan ante mis ojos cada vez que me pongo el tarot en las manos.
Necesito una profesora que me enseñe a leer las cartas lo más aproximadamente posible para responderle a las consultantes. Dígame por favor cuánto me cobraría
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